Los Ángeles tiene los Oscar y Nueva York, la gala Met. Los primeros celebran el cine y la segunda, recaudar fondos para el Instituto del Vestido, pero en ambos el glamur es el invitado estrella.
O Lady Gaga. La reina del pop, que este año ha sido una de las anfitrionas de la fiesta solidaria, fue de las primeras en pisar la alfombra rosa. Dejó el listón alto, aunque muchos invitados se esmeraron con ahínco por alcanzarla.
La cantante llegó con un despampanante vestido fucsia, que se quitó para lucir uno menos voluminoso negro, del que también se deshizo, para dar paso a un tercero muy ajustado, que finalmente se quitó, quedando cubierta solo por un conjunto de lencería, unas medias de red y unas botas con plataforma, todo negro. Todo estilo. Katy Perry intentó destronarla, vestida de candelabro, pero estaba demasiado incómoda como para conseguirlo.
Como todos los primeros lunes de mayo, el Museo de Arte Metropolitano (Met) recibió a los filántropos más estilosos de EE UU. El tema principal fue Camp: Notes on Fashion, un estilo extravagante que hace homenaje a la estética antinatural.
Además de Anna Wintour, la organizadora de la exclusiva fiesta solidaria, y Alessandro Michele, al frente de Gucci, los anfitriones fueron el cantante Harry Styles, que lució una blusa negra transparente, la tenista Serena Williams, que se atrevió con un vestido amarillo con «hojas otoñales» y unas zapatillas Nike, y la mencionada Lady Gaga.
Sus propuestas fueron el aperitivo de una noche lúdica, en la que los diseñadores dieron rienda suelta a la creatividad: una cabeza de hule como accesorio, pirámides de sombreros para desafiar el equilibrio, un hombre con la mitad de un traje y la mitad de un vestido, faraones, flecos y tantas plumas como colores del arcoíris.
Fuente: El País