Chile expulsó este miércoles a un grupo de 138 migrantes irregulares de nacionalidades colombiana y venezolana que se encontraban varados en la frontera norte con Bolivia, una zona que desde hace días vive una fuerte ola migratoria que ha llevado al límite a pequeñas localidades fronterizas.
«Estamos en presencia del primer vuelo que sale desde el norte y da cuenta de un proceso de expulsión, en su mayoría personas que ingresaron de forma clandestina hace menos de tres meses», aseveró el ministro del Interior Rodrigo Delgado desde la pequeña localidad de Colchane, próxima a la frontera con Bolivia.
Tensión en frontera
La entrada de más de un millar de extranjeros en menos de siete días generó la semana pasada tensión en este municipio, de apenas 1.700 habitantes, que se encuentra muy próximo a la localidad boliviana de Pisiga, a 3.600 metros de altura sobre el nivel del mar.
La zona entre estos dos municipios se ha convertido, pese a la crisis sanitaria de la covid-19 y las extremas condiciones climáticas (mucho calor durante el día y heladas de madrugada) en un paso de migración irregular.
Sin precedentes
José Oropeza, defensor de DDHH en Chile, alertó que la expulsión de venezolanos en esa nación es un hecho sin precedentes, una medida exorbitante que podría considerarse «migración forzosa».
«Es grave la situación, se están violentando artículos de la declaración de DDHH» y podría generar la expulsión de Chile de algunos organismos internacionales, dijo Oropeza este 10 de febrero en una entrevista para Sergio Novelli.
Aclaró que no se debe incentivar el paso irregular, pero destacó que cada ciudadano tiene derechos sin importar la nación en la que se encuentre, pero este debe solicitar refugio.
Fuente: unionradio