¿Cómo se celebra la Navidad en el resto del mundo?

En cualquier parte del mundo se conmemoran estas fiestas con la alegría de la llegada del Año Nuevo. Las luces decorativas, la degustación de productos típicos y la música navideña alegran cada rincón del planeta. Aunque a todos nos une el mismo sentimiento de paz, cada ciudad siente el espíritu de la fiesta a su manera.

Si hablamos de la exhibición de pirotecnia más espectacular tendremos que mirar a Funchal, capital de Madeira, la mejor isla del mundo según los últimos World Travel Awards, los Oscar del turismo. Está considerado el mayor espectáculo de fuegos artificiales del mundo. Antes, celebran en esta ciudad portuguesa las Misas de Parto, llamadas así porque tienen lugar nueve días antes de Navidad. En el menú de Nochebuena de los madeirenses no falta la sopa de gallina, la carne de cerdo macerada durante tres días en vino y ajos, el pan de boniato, el pastel de miel y la poncha, un potente aguardiente con limón y azúcar.

En la otra punta del planeta, en Australia la Navidad se recibe en mangas de camisa, con picnics al aire libre, en playas y parques, en los que se mezcla el marisco, con el jamón dulce y el pudin de ciruelas. En este postre se suele esconder una pepita de oro, que dará suerte a quien la encuentre. Siguiendo la misma tradición, pero con un clima más gélido, los noruegos hacen lo propio con una almendra en un pudin de arroz y canela. En su menú no falta el salmón y las costillas de cerdo, y un chupito de akevitt, un popular licor escandinavo.

Si los italianos comen lentejas en vez de las uvas de la suerte, los japoneses optan por los fideos, símbolo de la longevidad. En el Omisoka, el año nuevo nipón, hay que renovar, ya sea ropa o mobiliario, y es costumbre limpiar la casa para empezar enero de una forma ordenada. Para espantar todo lo malo, en México los niños rompen piñatas de barro que simbolizan los pecados capitales. De su interior surgen al golpearlas naranjas, dulces y otros regalos. El roscón (la rosca) se come como en España con la llegada de los Reyes Magos.

Fuente: elmundo.es

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