El Gobierno del presidente Sebastián Piñera –que bate un récord de impopularidad desde el retorno a la democracia, con un 12% de apoyo– no logra reestablecer el orden público en Chile. Ni las medidas sociales que ha impulsado en estos casi 40 días de emergencia ni la decisión de prácticamente la totalidad de la clase política de avanzar en una nueva Constitución han logrado detener la violencia. El clima de desorden amenaza las salidas políticas a la crisis.
Acusada de unos mil casos de abuso, según cifras de la Fiscalía, la policía parece sobrepasada en jornadas como la del jueves pasado, donde se produjeron batallas entre manifestantes y Carabineros y escenas de destrucción de infraestructura pública y privada. Ocurrió en diferentes ciudades del país, como Santiago, Valparaíso o Coquimbo, donde grupos violentos incluso quemaron dependencias de un hospital público. En 86 eventos graves, de acuerdo a los números oficiales, fueron detenidas 767 personas.
Piñera busca apoyos contra el reloj para intentar darle una salida a la crisis que estalló el pasado 18 de octubre y que ha dejado 23 muertos en distintos hechos de violencia que están siendo investigados (incendios, atropellos y al menos cinco por acción de agentes del Estado). Este lunes, el mandatario convocó al presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito, a los líderes del Senado y de la Cámara de Diputados, Jaime Quintana e Iván Flores, respectivamente, junto al fiscal nacional, Jorge Abott.
Fuente: elnacional