Las protestas contra el Gobierno de Iván Duque en Colombia cumplen siete días en medio de reivindicaciones económicas, acercamientos entre manifestantes y autoridades y casos de represión como el que provocó la muerte del joven Dilan Cruz.
Sindicatos y organizaciones de estudiantes salieron este miércoles a la calle en una nueva huelga general convocada apenas unas horas antes. Las movilizaciones, que comenzaron con seguimiento desigual en Bogotá y provocaron bloqueos de caminos en Cali, elevan el clima de presión contra el presidente. Este acusó a sectores de la oposición, a los que llamó “pirómanos”, de “pretender ganar con la violencia lo que no ganaron en las urnas”.
Las palabras de Duque buscan enmarcar las protestas que se iniciaron el pasado jueves en la disputa estrictamente política. «Hay personas que quieren capitalizar políticamente el caos; quieren capitalizar políticamente el llamado a la desestabilización, y a mí me parece que eso no es responsable […] El llamado a quienes ejercen el liderazgo político es a la responsabilidad», reiteró en una entrevista a la emisora Blu Radio. Las manifestaciones, sin embargo, han tenido un impulso que va más allá del enfrentamiento entre partidos a pesar de los intentos del líder opositor Gustavo Petro de cabalgar esa ola. Y los episodios de vandalismo, que sí se produjeron en los pasados días, no reflejan el ambiente general que mueve las reivindicaciones de las organizaciones de los trabajadores y el movimiento estudiantil.
La improvisación de la convocatoria del paro nacional se debe a la muerte, el lunes por la noche, de Dilan Cruz, el joven de 18 años que se había convertido en un símbolo de las marchas tras recibir un disparo de un policía antidisturbios. El duelo por ese fallecimiento sobrecogió a Colombia y cambió la ecuación de las protestas. “Precisamente, en homenaje a Dilan se hará el paro nacional de este miércoles”, había anunciado Diógenes Orjuela, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores.
Fuente: latribuna