Una imagen de Instagram puede decir muchas cosas y ni una sola verdad. Mientras en su perfil aparecen videos de una cena en las playas de la Riviera Nayarit, Maluma recibe a la prensa de América Latina en un salón de un hotel mexicano para hablar del documental sobre su vida que lanzó en YouTube.
Lleva gafas oscuras para ocultar el cansancio y la voz apagada luego de ofrecer 4 de los 7 conciertos que tiene agendados hasta esta semana. Su relación con la red social se ha vuelto ambivalente: sabe que en buena parte lo han convertido en el fenómeno musical que es hoy, pero también que son el combustible de una serie de incómodos rumores.
Cuando el cineasta Jessy Terrero le propuso contar su historia en el documental que motiva su encuentro con medios como El Comercio, Maluma sintió que era la oportunidad de poner en contexto todo ese lujo que, debido al poder distorsionador de las redes sociales, parece haber estado siempre presente en su vida.
“La gente no sabe que mi carrera y mi vida no son color de rosa. Y para eso estamos haciendo este documental, para que la gente vea que con disciplina, con ganas de salir adelante, talento y el apoyo de mi familia pude hacer mis sueños realidad. Creo que después de ver el documental mucha gente se va a sentir muy inspirada, porque, si yo pude lograrlo, ellos también lo pueden hacer“, dice el artista al reflexionar sobre los contrastes que van a encontrar sus seguidores en su documental.
Cambio de sueños
Antes de ser Maluma, la estrella urbana, fue ‘Juancho’, el inquieto niño que entrenaba para ser la próxima revelación del fútbol colombiano y que un día, después de quedar cautivado por un festival de reggaetón con Don Omar, Ivy Queen y Tego Calderón, decidió que ya no correría más detrás de un balón, sino detrás del sueño de ser la próxima gran figura de la música.
Cuando lo anunció en el colegio, se rieron de él y lo bautizaron como “Maluca”; por lo mal que cantaba en sus primeras grabaciones. Solo una persona creyó en él: su tía Yudy Arias, quien sería, junto a Juan Parra (su esposo), su primer mánager.
“Cuando me metí en mi carrera musical, no sabía absolutamente nada, yo solamente quería cantar, ese era mi sueño, pero no sabía qué era un estudio de grabación o cómo se estructura una canción. Lo que dice mi tía (en el documental) es cierto: nos tiramos al vacío e hicimos todo por amor, así que fue un trabajo de todos, todos éramos un equipo“, explica.
Pasta de estrella
Para Jessy Terrero, años después, fue fácil darse cuenta de la proyección del colombiano. Llegó en 2015 a trabajar con él en los Estados Unidos para el video de “Borró cassette” y luego seguirían una serie de largas colaboraciones audiovisuales en los que el director dominicano ratificaría su fe en el joven cantante.
“Hay artistas que tienen buena música, pero no son estrellas. Y hay quienes son estrellas pero no tienen buena música. Juan Luis es el paquete completo. Hay quienes parecen tener el paquete completo, pero no se enfocan, no tienen disciplina, no se esfuerzan. Juan Luis lo tenía todo. Trabajaba tan fuerte… Yo pasaba noches con él en el estudio viéndolo trabajar. Y sabía que el muchacho iba a llegar a niveles altos“, relata el director que, precisamente por esa convicción, empezó a registrar desde hace 3 años imágenes de lo que era la vida de Maluma fuera de los escenarios.
A estas grabaciones se sumaron las que registró el primer equipo del artista en sus inicios: cuando cantaba en quinceañeros y otros eventos (muchas veces gratis) sin imaginar que, menos de 10 años después, sería el estelar en ceremonias tan grandes como los Latin Grammy o los VMAs de la cadena MTV.
Cuestión de empatía
Fue esa historia de éxito la que interesó a Margie Moreno, jefa de contenido para América Latina de YouTube Originals, plataforma en la que ya se puede ver de manera gratuita el documental.
El gigante tecnológico ya había estrenado dos producciones en español (principalmente enfocadas en México) y buscaba una que pudiera conectar con un mercado más amplio.
“Mucha gente sabe quién es Maluma, pero no cómo es su vida detrás de cámaras. Y él nos permitió tener acceso a momentos de su vida e historia que la gente no conoce“, explica la ejecutiva, quien considera que lo más valioso de este documental es su capacidad de mostrar cómo las personas “somos más parecidas que diferentes“.
Fuente: 800noticias