Shakira no elude el banquillo. El Juzgado de Instrucción número 2 de Esplugues de Llobregat acuerda abrir juicio contra la cantante colombiana por seis delitos contra la Hacienda Pública «con las agravantes de cuantía de la defraudación y utilización de personas jurídicas interpuestas». La decisión llega tras recibir los escritos de acusación de la Fiscalía, la Abogacía del Estado y de la Generalitat en los que consideran a Shakira responsable de este fraude.
En concreto, cometió los delitos presuntamente al no presentar la liquidación del IRPF y del Impuesto de Patrimonio de 2012, 2013 y 2014 con una cantidad que asciende a unos 14,5 millones de euros. Por esos delitos, la Fiscalía pide ocho años de cárcel para Shakira y casi 24 millones de euros de multa por estos delitos contra la Hacienda Pública. Por eso, deberá sentarse en el banquillo en un juicio que se celebrará en los próximos meses en la Audiencia de Barcelona.
EN BAHAMAS
La cantante afirmó al conocerse la acusación que sufre una persecución y que «desde hace muchos años no existe ninguna deuda pendiente» con la Agencia Tributaria, ya que al poco de iniciarse el proceso penal en 2018 pagó 17,2 millones que le reclamaban. Sin embargo, la Fiscalía mantiene que presuntamente la cantante colombiana no presentó la liquidación del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) e Impuesto de Patrimonio (IP) correspondientes a 2012, 2013 y 2014, lo que provocó un perjuicio económico a Hacienda de 12,3 millones por el IRPF y 2,19 millones por el impuesto de patrimonio a la Agència Tributària de Catalunya.
La acusación pública cree que la cantante debía tributar en territorio español ya que residía en el país más de los seis meses mínimos que establece la legislación aunque la artista aseguraba que no era así, pese a que era cuando inició su relación con el jugador del FC Barcelona Gerard Piqué, y que pagaba impuestos por los ingresos de su actividad profesional en Bahamas, donde tenía su residencia oficial. Ahora, Shakira deberá sentarse en el banquillo para defender su inocencia.
Fuente: elmundo.es