Los habitantes de la zona bautizaron a Takayama como «el último turista de Machu Picchu», pues durante todo este tiempo era el único extranjero que quedaba en el pueblo esperando la reapertura del sitio arqueológico
Los habitantes de la zona bautizaron a Takayama como «el último turista de Machu Picchu», pues durante todo este tiempo era el único extranjero que quedaba en el pueblo esperando la reapertura del sitio arqueológico